Empieza ahora mismo

Cuando ponemos nombre a las cosas, empezamos a poder con ellas.

Acudir a consulta puede generar dudas, puedes incluso pensar que no hay nada que hacer o que las cosas no cambian. Pero sí puedes. Y sí cambian. Y en terapia descubrirás que puedes hacer frente a cualquier problema.

Si te identificas con algunas de estas situaciones, yo puedo ayudarte.

Ansiedad

Te preocupas de manera obsesiva porque algo pueda salir mal.

Te angustia lo que los demás piensen de ti.

Exiges la perfección en todo lo que haces. Equivocarse es inaceptable.

Dejas de hacer cosas que te gustan (viajar, hablar en público, relacionarte…) por miedo y sufres por ello.

No te permites fallarte ni fallar a los demás. Siempre tienes que estar a la altura.

Depresión

Te sientes triste, sin ganas de hacer nada y sin ilusión.

Has atravesado una crisis y no remontas.

No te valoras y te sientes inferior a los demás.

No hay nada en tu vida que te motive.

Te cuesta levantarte por las mañanas y conciliar el sueño por las noches.

Crisis emocionales

Has sufrido la pérdida de un ser querido.

Has sufrido un cambio vital importante y no sabes cómo afrontarlo.

Estás en mitad de una separación o divorcio.

No sabes por qué, pero no te sientes bien.

Estás pasando una mala racha y no sabes muy bien dónde se ha quedado tu autoestima.

Habilidades sociales y de comunicación

Te cuesta expresar lo que realmente piensas por miedo a que no te acepten.

No sueles estar en desacuerdo con las personas solo por evitar conflictos.

Te cuesta decir NO y si lo haces te sientes culpable.

Cuando te enfadas no logras contener tu ira, sueles gritar y tus enfados son desproporcionados.